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Efectos del ultrasonido en fisioterapia

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Una de las técnicas que más se usan en fisioterapia para complementar a otros tratamientos son los ultrasonidos, que forma parte de las técnicas de electroterapia. Hay muchos mitos y leyendas sobre los efectos del ultrasonido en fisioterapia. En el artículo vamos a analizar cómo funciona y cuáles son los beneficios que aporta en las rehabilitaciones.

Qué es el ultrasonido

El ultrasonido es un tipo de terapia muy usada en fisioterapia y medicina que consiste en la aplicación de ultrasonido para tratar distintas lesiones y patologías. Se trata de ondas sonoras de alta frecuencia. Estas ondas sonoras producen vibraciones, que se trasmiten a través del medio. El ultrasonido en fisioterapia utiliza la compresión y dilatación cíclica de ondas de frecuencia entre 1 y 3 Mhz (Megaherzios o millón de ciclos por segundo), utilizando frecuencias entre 7000 y 33000 hercios.

Cómo se usa el ultrasonido

Esta técnica se debe usar deslizando el transductor sobre la piel en la zona que se va a tratar, que previamente debe haber sido recubierta con gel (método dinámico). La intensidad se aumenta cuando el cabezal está en contacto con el gel, ya que de no hacerse, se puede dañar el material piezoeléctrico.

Si la zona en la que se aplica es grande, se puede tratar en áreas más pequeñas que la componen. El movimiento puede ser circular y en todos los casos, deber ser lento y homogéneo por toda la zona. Según la localización, en algunos casos se debe inclinar el cabezal sobre la propia piel para aprovechar las ventana acústicas que faciliten la llegada del ultrasonidos a zonas protegidas. De la misma manera, sobre las zonas difíciles puede efectuarse el tratamiento subacuático, que no requiere la adaptación tan perfecta entre la piel y el cabezal.

En general, no se recomienda la aplicación de manera estacionaria, es decir, con el cabezal fijo en un punto de la piel, especialmente con el modo continuo, ya que puede lesionarse el endotelio vascular de los pequeños vasos sanguíneos y favorecer la agregación plaquetaria y la formación de trombos. Con ultrasonido pulsátil a bajas intensidades, puede realizarse la aplicación de forma semiestacionaria, movilizando muy lento el cabezal sobre la piel.

Lesiones donde utilizar el ultrasonido

Esta técnica se usa para el tratamiento de diferentes patologías y lesiones: lesiones de partes blandas, reabsorción de edemas óseos, hematomas, algodistrofia y rigideces, lesiones de ligamentos, sinovitis post traumáticas, retracciones de aponeurosis palmar (también conocido como síndrome de Dupuytren), tendinitis, periartritis, capsulitis, espondilitis anquilopoyética, ciáticas o lumbalgias, son las más frecuentes de tratar.

Los beneficios del ultrasonido terapéutico en este ámbito son de dos tipos:

Efectos térmicos

En el modo térmico, el ultrasonido terapéutico será más eficaz para calentar los tejidos densos de colágenos. Sin embargo, requerirá una intensidad relativamente alta, preferiblemente en modo continuo, para conseguir este efecto.

Los efectos térmicos del ultrasonido terapéutico pueden utilizarse para elevar selectivamente la temperatura de determinados tejidos. Entre los tejidos más efectivamente calentados están el periostio, los tejidos colágenos (ligamentos, tendones y fascia) y los músculos fibrosados.

Si la temperatura de los tejidos lesionados se eleva a 40-45 °C, entonces se producirá una hiperemia, cuyo efecto será terapéutico. Además, se piensa que las temperaturas en este rango ayudan a iniciar la resolución de estados inflamatorios como la tendinitis crónica. Sin embargo, actualmente, la mayoría de las investigaciones atribuyen una mayor importancia a los efectos no térmicos del ultrasonido terapéutico.

Efectos no térmicos

Los efectos no térmicos del ultrasonido terapéutico se atribuyen principalmente a una combinación de los efectos de la cavitación y de la transmisión acústica.

La cavitación, en su sentido más simple, se refiere a la formación de burbujas llenas de gas dentro de los tejidos y fluidos corporales. Hay 2 tipos de cavitaciones: estables e inestables, que tienen efectos muy diferentes. La cavitación estable es la formación y crecimiento de las burbujas por acumulación de gas disuelto en el medio, parece ocurrir a dosis terapéuticas del ultrasonido. La cavitación inestable es la formación de burbujas en el momento de menor presión del ciclo del ultrasonido, por lo tanto, estas burbujas colapsan muy rápidamente liberando una gran cantidad de energía que es perjudicial para los tejidos. En la actualidad no hay evidencia que sugiera que este fenómeno se produce a niveles terapéuticos –si se utiliza una buena técnica.

La transmisión acústica se describe como un remolino –a pequeña escala– de fluidos cerca de una estructura vibrante tal como la superficie de una burbuja de gas de cavitación estable y membranas celulares. Se sabe que este fenómeno afecta las velocidades de difusión y la permeabilidad de la membrana celular. La permeabilidad de los iones de sodio se altera dando lugar a cambios en el potencial de la membrana celular. El transporte de iones de calcio se modifica, lo que a su vez conduce a una alteración en los mecanismos de control enzimático de diversos procesos metabólicos, especialmente a la síntesis de proteínas y secreciones celulares.

Además de todos estos efectos, el ultrasonido también puede utilizarse para lograr fonoforesis. Esta es una forma no invasiva de administración de medicamentos a los tejidos debajo de la piel, ideal para los pacientes que se sienten incómodos con las inyecciones. Con esta técnica, las fuerzas de la energí­a ultrasónica conducen el medicamento a través de la piel. La cortisona, que sirve para reducir la inflamación, es una de las sustancias más comúnmente usadas.

Número y duración de las sesiones

La sesión puede tener una duración de entre 10 y 20 minutos, y se suele aplicar una vez al día. En las lesiones agudas, se usa el modo pulsátil por espacio de 6 a 8 días en sesiones al día. En las patologías crónicas, se usa de manera continua durante unas 10 o 12 sesiones en días alternos.

El número consecutivo de sesiones debería limitarse a no más de 14 en la mayoría de los casos. Se dice que más de ese número puede reducir el número de hematíes y leucocitos, por lo que debe esperarse varias semans después de haber aplicado esta cantidad de sesiones.

Beneficios de los ultrasonidos

Los beneficios del ultrasonido no están muy claros, por la falta de estudios que demuestren con datos reales su eficacia. Sin embargo se ha comprobado su eficacia derivada de los efectos de calor y masaje del ultrasonido terapéutico. En primer lugar, aumenta el flujo sanguíneo en el área tratada, lo cual acelera el proceso de curación. Además, reduce la hinchazón y edema, que son las principales fuentes de dolor.

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