Qué tienen en común el dolor de espalda, de cabeza, sensación de hinchazón abdominal, sangrado, hemorroides, retortijones, gases, debilitamiento de suelo pélvico,… Todos son síntomas de una misma patología: el estreñimiento. Casi una de cada tres personas sufre de alteraciones del tránsito intestinal y , en la mayoría de los casos, algún cambio en la dieta del paciente y modificaciones en el estilo de vida pueden ser suficientes para revertir este incómodo problema.
Índice
¿Qué es el estreñimiento?
Podemos decir que sufrimos de estreñimiento cuando la frecuencia con la que se va al baño es inferior a tres veces a la semana aunque también cuando la defecación va acompañada de importantes molestias, necesitas realizar un gran esfuerzo para expulsar, las heces son muy duras o acabas con la sensación de haber evacuado de manera completa.
Por si fueran pocos todos los síntomas que vimos en la introducción, y ya tienen una repercusión importante sobre la calidad de vida, existe una consecuencia más a tener en cuenta: el estreñimiento crónico, que de manera habitual se suma a otros factores como el embarazo o la menopausia, lo que puede terminar provocando un importante debilitamiento de la musculatura del suelo pélvico.
Causas del estreñimiento
Hay una gran variabilidad entre las personas en cuanto al ritmo intestinal de cada una de ellas. En algunas ocasiones no es fácil identificar cuáles son las causas del estreñimiento, y a veces puede estar relacionado únicamente con una predisposición individual. Pero en la mayor parte de los casos hay uno o varios factores que desencadenan o agravan la patología y sobre los que sí podemos intervenir.
Hay un gran número de fármacos, que por diferentes mecanismos, pueden llegar a provocar una disminución del número de deposiciones o un aumento en la dificultad de evacuar. Las dietas que son pobres en fibra, con escasez de frutas y verduras, y el sedentarismo son factores que también aumentan la probabilidad de padecer estreñimiento.
En algunos pacientes, el problema está en ignorar el deseo inicial de hacer la deposición, por no ser el momento adecuado o en un lugar donde no se puede, y terminamos por posponerlo. De manera que cuando el lugar es el idóneo o el momento nos lo permite, las ganas ya han desaparecido.
En otras ocasiones, aunque el paciente tenga un buen ritmo intestinal, la deposición resulta muy difícil debido a una posición inadecuada cuando nos sentamos en el váter. También en ese momento puede haber una falta de relajación de la musculatura del suelo pélvico.
En algún caso raro, el estreñimiento se puede asociar con enfermedades orgánicas o neurológicas. Estas enfermedades pueden provocas un obstáculo real para el tránsito de las heces, o un funcionamiento alterado del intestino. En estos casos, es necesaria la valoración por parte de un especialista, y estas recomendaciones no podrán ser aplicables.
Por último, existen otros factores que hacen que las mujeres tengan una mayor predisposición que los hombre para tener problemas para evacuar. El embarazo, las hormonas y la menopausia son factores que hacen aumentar esta patología entre las mujeres respecto a los hombres.
Consecuencias del estreñimiento para el suelo pélvico
En primer lugar, si los músculos del suelo pélvico o el periné se encuentran debilitados, no podrán realizar de manera correcta las importantes funciones para las que están diseñadas. A continuación, vamos a ver de forma más concreta el mecanismo por el que estos músculos se ven afectados cuando el tránsito intestinal no tiene un ritmo adecuado.
En el caso de las mujeres, si nos fijamos en la anatomía genital femenina, podemos ver que el recto y las paredes de la cavidad vaginal son adyacentes. Esta distribución de los órganos hace que el recto se apoye sobre la vagina cuando las heces se van acumulando, lo que obliga a las paredes vaginales a soportar un peso añadido, que si lo sumamos a otros factores, que hemos visto en el apartado anterior, puede desembocar en una incontinencia urinaria o en un prolapso.
La ampolla rectal posee propiedades elásticas y sirve para el almacenamiento temporal de las heces. Sin embrago, si se abusa demasiado de esa elasticidad por una acumulación de heces durante un periodo prolongado puede provocar una pérdida de la capacidad contráctil necesaria para poder expulsarlas. Por tanto, es importante no retener e ir al servicio si sentimos la necesidad de evacuar. Si no lo hacemos, se inhibe el reflejo defecatorio y las heces se siguen acumulando, lo que provoca un aumento del peso, dificultando la angulación que hace falta para la defecación.
Es necesario aprender a adoptar una postura correcta a la hora de defecar, así como una respiración adecuada y utilizar los músculos de la zona abdominal para evitar el tener que realizar esfuerzos en apnea, como aguantar la respiración, y que son muy perjudiciales para el suelo pélvico.
Tratamiento contra el estreñimiento
Vamos a ver algunos consejos que nos van a ayudar a mejorar:
- Tomar fibra. Los alimentos que son ricos en fibra ayudan a la hora de regular el tránsito intestinal. Para ello, debemos comer gran cantidad de fruta, verdura, cereales y legumbres. Dentro de la alimentación debemos disminuir la cantidad de grasas y azúcares refinados.
- Es necesario beber una cantidad de agua suficiente al día. En multitud de ocasiones, el estreñimiento es debido a que las heces son demasiado duras, lo que dificulta el expulsarlas. Si bebemos al menos un litro y medio de agua al día, va a ayudar a que las heces sean más blandas y facilitará la defecación.
- Si se puede, es aconsejable establecer una rutina para ir al baño, intentando que sea siempre a la misma hora. Además hay que ir al servicio en el momento en el que tengas ganas, ya que retrasarlo puede generar estreñimiento.
- Ser una persona activa y hacer ejercicio también ayuda a regular el aparato digestivo. Realizar unos 30 minutos al día de ejercicio, aunque sea suave, puede ayudar. Por ejemplo, podemos andar durante ese periodo.
- Debemos no realizar maniobras que fuercen la defecación como empujar sin respirar o apretarnos la tripa. Tenemos que adoptar una postura cómoda y que facilite la evacuación. La postura ideal es con una banqueta que eleve los pies y manteniendo la espalda bien recta para poder realizar el empuje suavemente, ayudándote con la respiración con espiraciones lentas.
La fisioterapia también puede ayudar con diferentes métodos a mejorar la situación del paciente. Por un lado, las técnicas de osteopatía visceral, con técnicas como la inducción miofascial, manipulación de los segmentos vertebrales, técnicas de masoterapia refleja, etc.
También hay otras serie de técnicas que los pacientes pueden realizar por si solos y que les serán de gran ayuda para combatir los síntomas:
- Cuando se sufre estreñimiento proximal podemos realizar un masaje en el colon. Para ello, podemos usar algo de aceite o crema, y hacer el masaje sobre la barriga en dirección hacia el colon, de manera lenta, suave, progresiva y con el objetivo de suavizar las posibles rigideces que pueda haber, mejorar la movilidad y el tono.
- Si el extreñimiento es distal se pueden usar técnicas intracavitatorias. Con un poco de vaselina en un dedo o un bastoncillo, se realizan pases circulares en el esfínter para que se vaya relajando.
Si quieres ampliar con más información, en nuestra sección de suelo pélvico podrás resolver cualquier duda que tengas. Y recuerda que ante cualquier molestia de este tipo puedes visitar nuestras instalaciones y ponerte en manos de nuestro equipo de fisioterapeutas y osteópatas.