La tendinitis es una de las dolencias más comunes entre quienes practican deporte de manera habitual. Tiene lugar, del mismo modo que la tendinosis, cuando se produce lesión del tendón aquíleo, rotuliano, fascia lata en la pierna, o supraespinoso y epicondilitis en brazo y hombro.
La frecuencia de estas lesiones se debe a la fragilidad de una zona muy concreta del músculo en su unión con el hueso: el tendón es el elemento que sirve de unión entre músculo y hueso, formado por el extremo de las fibras del músculo y configurándose como la única parte que no realiza movimiento de contracción en el músculo. Entre el vientre muscular y el tendón se encuentra una pequeña zona, a la que nos referíamos como la más frágil, que es precisamente la que da lugar a la lesión en el tendón.
Aunque hablamos indistintamente de tendinitis y de tendinosis, hay autores que se decantan más por esta segunda terminología, por cuanto, argumentan, el sufijo -itis se refiere a aquellas afecciones que producen inflamación que, según estos especialistas, nunca tiene lugar en el tendón o, como mucho, sí existiría pero de una duración breve, razón por la que entienden que sería más correcto emplear el término tendinosis o tendinopatía.
No obstante, lo cierto es que, largo o corto, existe un momento de inflamación del tendón y, a continuación, se produce la degeneración del mismo y la rotura de fibras. Como consecuencia de esta rotura, deviene una nueva formación de las fibras que tiene lugar de manera no ordenada por lo que se puede producir finalmente una rotura completa del tendón, un tendón fibrótico, dolor, etc.
La lesión de tendón se da habitualmente, como hemos visto, en distintas partes del cuerpo y, según la zona, hablamos de:
Tendinitis de Aquiles o tendinitis de pie: Se trata de aquella tendinosis que tiene lugar en el tendón de mayor grosor y fuerza del cuerpo humano: el de Aquiles, que une los músculos gemelos y sóleo con el hueso.
Es una tendinitis común entre atletas y sujetos que practican deportes en los que es necesario correr y/o saltar con mucha frecuencia.
Tendinitis de hombro: Tiene lugar como resultado de una degeneración fisiológica asociada a la edad, por lo que es más común a partir de los cuarenta años. No obstante, también se produce en el hombro de quienes, por motivos laborales o deportivos, realizan un movimiento continuado y repetitivo con el brazo.
Tendinitis de codo: Al igual que en el caso de la tendinitis de hombro, la de codo también viene provocada por movimientos continuados y repetitivos que sobrecargan los músculos del antebrazo, aunque también puede desarrollarse por traumatismo directo.
La tendinitis de codo puede ser de dos tipos, epicondilitis o epitrocleitis y, en ambos casos, se trata de lesiones muy dolorosas que pueden incapacitar para el ejercicio físico o la actividad laboral.
La lesión en el tendón se puede producir por múltiples causas y, en la mayoría de los supuestos, concurren varias en la generación de la tendinitis.
De este modo, las personas que sufren tendinosis son aquellas en las que se da:
Los síntomas que el profesional de la fisioterapia apreciará para determinar la presencia de una tendinitis, son, principalmente: dolor, inflamación, inadecuada funcionalidad de la zona, insuficiente rango de movimiento articular, sensibilidad, disminución de la fuerza del músculo, etc.
A la vista de alguno de estos síntomas, el fisioterapeuta podrá recomendar llevar a cabo sobre el paciente una resonancia o prueba radiológica de otro tipo para asegurarse de la no concurrencia de otras enfermedades.
La pregunta más frecuentes es cómo tratar la tendinitis crónica. Médicamente, una tendinitis requerirá, con probabilidad, el uso de antiinflamatorios no esteroideos y la colocación de una férula o elemento similar, así como, en su caso, inyecciones para infiltrar el tendón. Este tratamiento médico tendrá como finalidad disminuir el dolor y restablecer el movimiento y funcionalidad de la zona dañada.
Del mismo modo, el fisioterapeuta en Granada tiene también, como objetivo de su terapia, aminorar el dolor e inflamación y restaurar la funcionalidad, mediante acciones como la electroterapia, estiramientos, aplicación de frío-calor, masajes descontracturantes, orientaciones para el aumento de fuerza en el músculo, ultrasonidos, instrucciones para correctos hábitos posturales y otros ejercicios según el supuesto concreto.
Obviamente todas estas intervenciones no tienen por qué concurrir para tratar la misma lesión, sino que el fisioterapeuta irá determinando en qué casos se va aplicando una u otra, en qué medida e intensidad y durante cuánto tiempo, de modo que se alcance la recuperación y se prevengan futuras lesiones.
Contamos con la tecnología E.P.I y Physioinvasiva guiadas con ecografía en el tratamiento avanzado de tendinopatía así como acuerdos de colaboración para infiltración de Factores de Crecimiento, si fuese necesario.
No obstante, desde YoFisio siempre recordamos que el mejor tratamiento es la prevención para no caer en la lesión, por lo que empleamos especial interés en divulgar las acciones benéficas en el día a día que nos ayudan a evitar la tendinitis:
La tendinitis es una de las lesiones que más pacientes conduce hacia los centros médicos y de fisioterapia, pero debemos saber que con el tratamiento y cuidados adecuados, como los que ofrecen los centros YoFisio, se puede recuperar la zona y prevenir futuras dolencias.