El 58% de las mujeres con dolor pélvico crónico ven interrumpida su actividad normal. Conocer el origen y encontrar el tratamiento adecuado supone un reto para los profesionales. Desde YoFisio queremos que conozcas los síntomas, las posibles causas y los mejores tratamientos para aliviar el dolor causado por el dolor pélvico crónico.
Índice
¿Qué es el Dolor Pélvico Crónico?
El Dolor Pélvico Crónico se localiza a nivel de abdomen inferior, la pelvis o estructuras intrapelvianas, persistiendo durante al menos seis meses, que se presenta de forma continua o intermitente, no asociada exclusivamente con el ciclo menstrual.
La persona que presenta DPC suele haber consultado a múltiples especialistas. Debido a la proximidad de los órganos reproductivos y los prejuicios asociados a estos, incluye sentimientos de inhibición a comentar abiertamente los síntomas que el paciente presenta.
Estudios recientes demuestran como
la calidad de vida se ve afectada en personas con dolor pélvico crónico
Síntomas del dolor pélvico cronico
Los pacientes con signos asociados al dolor pélvico crónico suelen describir y experimentar los síntomas de la siguiente manera:
- Dolor intenso
- Dolor que aparece y desaparece
- Dolor constante
- Calambres punzantes
- Presión o pesadez en una zona profunda de la pelvis
- Dolor durante las relaciones sexuales
- Dolor con el movimiento intestinal o la micción
- Dolor cuando estás sentado por períodos prolongados de tiempo
Suele ocurrir que el dolor se intensifica cuando se esta parado por períodos largos y disminuya cuando te recuestas.
Causas del Dolor Pélvico Crónico
Las causas del dolor pélvico crónico puede ser múltiples. A veces, un único trastorno puede identificarse como la causa.
Sin embargo, en otras ocasiones, el dolor puede ser consecuencia de varias afecciones médicas. A continuación nombramos algunas de las posibles causas que pueden ocasionar el dolor pélvico crónico.
- Se debe al crecimiento del tejido que recubre el útero crece fuera de este. Estos depósitos de tejido responden al ciclo menstrual, al igual que lo hace el recubrimiento uterino, es decir, engrosamiento, rotura y sangrado todos los meses, a medida que los niveles de las hormonas suben y bajan. Debido a que esto tiene lugar fuera del útero, la sangre y el tejido no pueden salir del cuerpo a través de la vagina. En cambio, permanecen en el abdomen, donde pueden provocar quistes dolorosos y bandas fibrosas de tejido cicatricial.
- Problemas musculoesqueléticos. Trastornos que afectan los huesos, las articulaciones y los tejidos conjuntivos (sistema musculoesquelético), como la fibromialgia, la tensión muscular del suelo pélvico, la inflamación de la articulación púbica (sínfisis púbica) o hernias, y que pueden dar lugar a dolor pélvico recurrente.
- Enfermedad inflamatoria pélvica crónica. Esto es debido a una infección de largo plazo, por lo general de transmisión sexual, provoca formación de cicatrices que afectan los órganos pélvicos.
- Restos ováricos. Después de la extirpación quirúrgica del útero, los ovarios y las trompas de Falopio, es posible que, por accidente, queden pequeños vestigios del ovario, los que luego podrían dar lugar a la aparición de quistes dolorosos.
- Estos crecimientos uterinos no cancerosos pueden generar presión o una sensación de pesadez en la parte inferior del abdomen. En casos poco frecuentes, provocan un dolor agudo, salvo que el suministro de sangre les empiece a escasear y comiencen a morir (degenerarse).
- Síndrome del intestino irritable. Los síntomas asociados con el síndrome del intestino irritable, como inflamación, estreñimiento o diarrea, pueden ser el origen del dolor y la presión pélvicos.
- Síndrome de la vejiga dolorosa (cistitis intersticial). Esta afección está asociada con un dolor recurrente en la vejiga y con una necesidad frecuente de orinar. Es posible que presentes dolor pélvico a medida que la vejiga se llena, el cual puede ceder temporariamente al orinar.
- Síndrome de congestión pélvica. Algunos médicos consideran que las venas varicosas (várices) dilatadas que se encuentran alrededor del útero y de los ovarios pueden provocar dolor pélvico. No obstante, otros médicos dudan que el síndrome de congestión pélvica sea la causa del dolor pélvico porque la mayoría de las mujeres con venas dilatadas en la pelvis no presentan un dolor asociado.
- Factores psicológicos. La depresión, el estrés crónico o los antecedentes de abuso sexual o físico pueden aumentar el riesgo de dolor pélvico crónico. El sufrimiento emocional empeora el dolor, y vivir con un dolor crónico contribuye al sufrimiento emocional. Estos dos factores suelen generar un círculo vicioso.
Diagnóstico del dolor pélvico cronico
El médico mediante un examen pélvico podrá distinguir si existen signos de infección, tumores anormales o músculos tensos en el suelo pélvico. El médico busca si hay zonas dolorosas con la palpación. Es importante que indiques al médico si sientes alguna molestia durante este examen, en especial si el dolor se parece al que has estado sintiendo. Durante el examen pélvico, el médico puede pedir análisis de laboratorio para saber si hay infecciones, como clamidia o gonorrea. También puede pedir un hemograma para controlar el recuento de células sanguíneas y un análisis de orina para determinar si hay una infección en las vías urinarias. Las ecografías se pedirán si fuera necesario descartar la formación de masas o quistes en los ovarios, en el útero o en las Otras pruebas de diagnóstico por imágenes pueden ser recomendadas por el medico, pueden ser; radiografías abdominales, exploraciones por tomografía computarizada (TC) o resonancia magnética (RM) para detectar estructuras o tumores anormales. Como ultima prueba, el especialista podría recomendarte realizar una laparoscopía. Es una intervención quirúrgica, en la que se realiza una pequeña incisión en el abdomen para insertar un tubo delgado que tiene una cámara minúscula (laparoscopio). Con el laparoscopio, el médico ve los órganos pélvicos y puede detectar tejidos anormales o signos de infección. Esta intervención es especialmente útil para detectar la endometriosis y la enfermedad inflamatoria pélvica crónica.
Tratamiento para el dolor pélvico crónico
El tratamiento se utiliza para reducir los síntomas y mejorar la calidad de vida. Si el médico puede determinar una causa específica, el tratamiento se centrará en esa causa. pero, si no es posible identificar una causa, el objetivo del tratamiento será el control del dolor y de los demás síntomas. Para muchos pacientes, el enfoque que más les ayuda es la combinación de tratamientos.
Tratamiento con Medicamentos
Dependiendo de la causa, tu médico puede recomendarte diversos medicamentos para tratar tu afección, por ejemplo los siguientes:
- Analgésicos.
- Tratamientos con hormonas. dolor pélvico pueden coincidir con una fase en particular de su ciclo menstrual y los cambios hormonales que controlan la ovulación y la menstruación. Cuando es así, las píldoras anticonceptivas u otros medicamentos hormonales pueden ayudar a aliviar el dolor pélvico.
- Antibióticos. Si una infección es la fuente del dolor, tu médico puede recetar antibióticos.
- Algunos tipos de antidepresivos pueden ayudar con el dolor crónico y tener efectos de alivio del dolor además de efectos antidepresivos.
Tratamiento con Terapias
- Los ejercicios de estiramiento, masajes y otras técnicas de relajación pueden mejorar el dolor pélvico crónico.
- Neuroestimulación (estimulación de la médula espinal). Este tratamiento consiste en implantar un dispositivo que bloquea las vías nerviosas para que la señal de dolor no llegue al cerebro. Puede ser efectivo, según cuál sea la causa de tu dolor pélvico.
- Inyecciones en los puntos desencadenantes del dolor. aplicar inyecciones con anestésicos en esos puntos de dolor .
- Si el dolor puede interrelacionarse con depresión, abuso sexual, un trastorno de la personalidad, un matrimonio conflictivo o una crisis familiar, es posible que te resulte de ayuda hablar con un psicólogo o un psiquiatra. La técnica psicológica llamada biorregulación, te ayuda a identificar las zonas con músculos contraídos para que aprendas a relajar esas zonas.
Tratamiento con Cirugía
- Histerectomía. En casos complicados y poco frecuentes, el médico puede recomendar extirpar el útero (histerectomía), las trompas de Falopio (salpingectomía) o los ovarios (oforectomía). Someterse a esta intervención conlleva consecuencias importantes para la salud. El médico analizará los riesgos y beneficios detalladamente antes de recomendar esta opción.