A pesar cada vez es más habitual escuchar hablar sobre fisioterapia del suelo pélvico, todavía sigue siendo una disciplina con un gran desconocimiento. Hay muchas personas que presumen de saber qué es pero que realmente sólo tienen una idea parcial de lo que implica, creyendo que sólo es necesario realizarla tras dar a luz o una vez ha llegado la menopausia.
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Tipos de Fisioterapia
Fisioterapia deportiva, respiratoria, traumtológica, infantil,… Son ramas de la fisioterapia que suelen ser fáciles de identificar las características que realizan los fisioterapeutas a los pacientes, o al menos más fácil que cuando nos referimos al ámbito uroginecológico.
Esto se debe sobre todo a dos causas: primero porque al escuchar el término «suelo pélvico» es habitual que a la otra persona le venga a la mente cosas relacionadas con el ámbito sexual, y lo segundo, es porque son también bastantes lo que creen que son sólo cosas de chicas.
¿Qué es la fisioterapia del suelo pélvico?
Se trata de una disciplina terapéutica que permite diagnosticar y tratar disfunciones en la musculatura del suelo pélvico y en todos los problemas que padecen las mujeres tras dar a luz y en la menopausia. También es efectiva para hombres después de la cirugía de próstata.
Además también pueden recibir tratamiento preventivo o rehabilitador mujeres que no hayan estado embarazadas ni que sufran la menopausia ni los hombres que hayan pasado por el quirófano. Tener un suelo pélvico firme puede ser beneficioso sin necesidad de sufrir patologías o problemas previos.
Un ejemplo pueden ser los niños que se orina en la cama cuando tiene más de siete años, donde tratarles los músculos del suelo pélvico o las mujeres que hacen deportes de alto impacto como el atletismo o el tenis. Los problemas o disfunciones más habituales en las que puede ayudar la fisioterapia del suelo pélvico son:
Son muchos los problemas que se pueden generar de una musculatura pélvica débil
- Incontinencia urinaria
- Estreñimiento
- Dolor perineal
- Prolapso
- Durante el embarazo y tras el parto
- Disfunciones sexuales
¿Cómo se hace una valoración del suelo pélvico?
Para saber si es necesario hacer un tratamiento con fisioterapia del suelo pélvico, se necesita ir a un profesional para que haga una valoración de la musculatura, que debe consistir en una entrevista con el paciente y realizar una exploración física.
Entrevista personal
En la parte de la entrevista personal, el fisioterapeuta del suelo pélvico debe obtener importante información con el objetivo de conocer a fondo la problemática de cada paciente, y diseñar con éxito el tratamiento posterior, si fuese necesario. El cuestionario debe conseguir los siguientes datos:
- El estado de salud: antecedentes médicos, enfermedades de base, si se está tomando medicación, patologías neurológicas, digestivas o psicológicas.
- Profesión y actividades deportivas: tipo de profesión del paciente, si está durante muchas horas de pie, si tiene que tirar o levantar mucho peso, si necesita de la actividad del diafragma o si aumenta la presión.
- Dinámica vesical: cuántas veces se orina cada día, características de la orina, cuánto líquido se bebe, si nos despertamos por la noche para ir al baño, si hay escapes, si somos conscientes de cuándo la vejiga está llena, etc.
- Defecación: cuántas veces al día o a la semana se hacen las deposiciones, si se usan estímulos particulares para ayudarse, si se toma laxante, si hay dolor en la expulsión o si hace falta hacer un gran esfuerzo para ello.
- Historial ginecológico de las mujeres. Si han tenido embarazos, si necesitaron de cesáreas, si se necesitaron de ventosas o fórceps, si se sufrió algún desgarro perineal, si hubo recuperación tras el parto.
- Relaciones sexuales. Si se tienen, si son placenteras, si se acompañan de dolor, si existe imposibilidad o dificultad para llegar al orgasmo, si durante las relaciones aparecen síntomas urinarios o fecales.
Exploración física
Una vez se ha recogido la información con la entrevista clínica, los fisioterapeutas hacen una valoración funcional del suelo pélvico que consiste en una exploración física, tanto interna como externa de la musculatura, así como de la pelvis, abdomen, diafragma y la postura.
Para realizar la exploración física, el fisioterapeuta debe poner en conocimiento del paciente toda la información que solicite, explicarle en qué consiste la valoración y qué técnicas utilizará en el tratamiento, informando los posibles riesgos que puedan existir. Una vez se haya hecho todo esto, se debe aceptar o no la exploración y el tratamiento, mediante la firma de un consentimiento en el que se da permiso, declarando haber comprendido en qué consiste el proceso.
Puede sonar algo burocrático pero es más que necesario para que tanto paciente como profesional tengan una correcta relación profesional. Como es obvio, el consentimiento se puede retirar durante cualquier momento del tratamiento.
La exploración física consiste de una exploración visual y otra palpatoria, una valoración de la musculatura, una valoración de la estática pelvi-perineal y la movilidad e los órganos pélvicos, exploración neurológica y una exploración de la estática lumbo-abdomino-pélvica. Para llevarla a cabo, el paciente se debe situar tumbado boca arriba, con las rodillas flexionadas, las piernas ligeramente separadas y lo pies apoyados sobre la superficie de la camilla.
Una vez se hayan obtenido todos los datos necesarios con las pruebas, el especialista debe establecer los objetivos del tratamiento y se seleccionará las técnicas de reeducación pélvica más adecuadas para conseguir dicho objetivos.
Por qué utilizar la fisioterapia del suelo pélvico
Como ya dijimos al inicio del artículo, cada vez es más conocida la fisioterapia del suelo pélvico y algunos de sus beneficios. Sin embargo, son muchos más de los que las personas se piensan y que vamos a pasar a recoger a continuación para concienciar de las grandes ventajas que ofrece:
- Embarazo y parto son las principales causas del debilitamiento de la musculatura del suelo pélvico aunque los efectos suelen aparecer al cabo de unos años después de haber tenido al hijo. Esto se debe a que el aumento de peso por el crecimiento del útero durante el embarazo y a la hormona progesterona que tiene como función la relajación del músculo liso para facilitar el parto. El debilitamiento será mayor si además se ha producido un desgarro, se ha hecho una episiotomía, si el bebé es grande, si durante el embarazo se ha ganado mucho peso y el número de partos.
- Postparto. En muchas ocasiones, tras dar a luz, se suelen hacer ejercicios abdominales para recuperar la figura sin hacer un análisis de cómo han quedado los músculos del suelo pélvico. Tras el parto, la mujer no debería saltar, coger peso, hacer cualquier tipo de deporte y ejercicios abdominales.
- Deporte. Hacer deporte es beneficioso para la salud en general. Sin embargo, algunos deportes requieren impactos y saltos, como ocurren en el baloncesto, balonmano o atletismo. Esto aumenta la presión intraabdominal, que con el paso del tiempo, acaba por debilitar los músculos pélvicos. Es importante vigilar y dedicarle tiempo a la musculatura de sostén.
- Menopausia y envejecimiento. El paso de los años provoca una pérdida en el tono, la flexibilidad y termina por atrofiar todos los músculos de nuestro cuerpo, y más si no los ejercitamos. Con la menopausia se producen unos cambios hormonales que pueden acentuar este efecto. Para evitar esto, es recomendable seguir una serie de ejercicios sencillos para no perder calidad de vida y mantener nuestra salud.
- Prostatectomía. Tras la prostatectomía es normal que aparezcan pérdidas de orina en el hombre, que suele mejorar o incluso desaparecer con el trabajo del suelo pélvico. Además, el fortalecimiento de la musculatura mejora las relaciones sexuales ya que facilita el control de la eyaculación y mejora la erección.